La historia pertenece a un hombre anónimo de Texas, de 61 años, que durante un periodo de cinco años pareció estar en un estado continuo de ebriedad.
Su esposa, una enfermera, comenzó a hacerle pruebas de alcoholemia. Incluso cuando no bebía en lo absoluto, su contenido de alcohol en la sangre llegaba a los 0.40
Luego un proceso exhaustivo de estudios médicos, descubrieron que era víctima del síndrome de auto-cervecería, rara enfermedad que consiste en que el estómago, dado la presencia de ciertas levaduras, fermenta las comidas, lo que genera un alto nivel etílico en sangre.